Mahou aumenta su visibilidad. La cervecera, propiedad de las familias Gervás y Herráiz Mahou –descendientes de Casimiro Mahou–, construirá su museo de la cerveza en Madrid. La empresa ha comprado un edificio en la capital de España, el Palacio del Duque del Infantado, en el barrio de La Latina. Hasta ahora el inmueble, que cuenta con una superficie de 3.150 metros cuadrados, era la sede de la escuela de negocios CEU, de la Fundación CEU San Pablo.
Mahou prevé realizar una inversión de diez millones de euros, entre la adquisición del palacio y la puesta en marcha del museo. La cervecera, la primera de España por volumen de facturación con unos ingresos de 1.118 millones de euros en 2013, estima que la apertura al público se producirá en 2016.
Sin precedentes
El presidente de la empresa, Javier López del Hierro, indicó ayer que "con este espacio planteamos un recorrido sin precedentes por la realidad de nuestra compañía, recuperando el pasado, viviendo el presente y construyendo el futuro de la marca. Además, contribuiremos a difundir la cultura cervecera de una ciudad donde este producto tiene un arraigo muy fuerte y es parte activa de la vida diaria y de las relaciones sociales".
La intención de Mahou es que el palacio acoja todo su patrimonio histórico, desde documentos, botellas y automóviles de reparto, entre otros, hasta una colección de fotografía costumbrista del Madrid del siglo XIX.
Los orígenes de Mahou se remontan a 1890. Inicialmente la familia de Casimiro Mahou se dedicó a la producción de hielo y de papel pintado, hasta que después saltó a la cerveza. El grupo construyó su primera fábrica en 1891, en la calle Amaniel de Madrid. Precisamente así se llama, Amaniel, una de las cuatro cervezas de edición limitada que el grupo acaba de lanzar al mercado en honor de su fundador.
El museo permitirá a los visitantes conocer la primera cerveza Mahou que se vendió en la historia, en la calle Jacometrezo de Madrid, y el centro de producción de malta original del grupo, que durante dos décadas estuvo situado en la calle Santa Cruz de Marcenado.
Catas y laboratorio
El palacio de Mahou no sólo albergará el patrimonio histórico de la empresa. También permitirá a los visitantes contemplar el proceso de elaboración de la cerveza y probar los productos de Mahou San Miguel en catas organizadas. Además, el grupo espera implantar una zona interactiva para actividades culturales y de ocio, y un laboratorio de investigación donde desarrollar nuevas líneas de productos a partir de las experiencias del público.
La compañía familiar se une así a otras cerveceras que tienen sus propios museos en grandes capitales europeas. Carlsberg posee un centro de estas características en Copenhague, en Dinamarca, mientras que Heineken dispone de un museo propio (Heineken Experience) en Ãmsterdam (Holanda). En España, Damm, tercera empresa por ventas controlada por la familia Carceller, muestra su patrimonio histórico en su antigua fábrica de Barcelona. Allí se puede visitar la exposición Una Estrella desde 1876.
